Sigmund Freud
La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia contra enemigos exteriores.
Mahatma Gandhi
Quien aprende, no por ello penetra hasta la verdad; quien penetra hasta la verdad, no por ello es capaz de afianzarla; quien la afianza, no por ello está en condiciones de sopesarla en cada circunstancia particular.
Confucio
Cosa del cielo es poseer la verdad, cosa del hombre es buscar la verdad. Quien posee lo verdadero acierta lo justo sin esfuerzo, logra el éxito sin reflexionar.
Confucio
Es sin duda este valor el que predomina y lo hemos convertido en el paradigma para nuestras relaciones, tolerando obtenemos de los demás su opinión completa y podrá convertirse para nosotros en una alternativa de complemento a nuestras propuestas, hemos de recibirla completamente sin calificaciones y de acuerdo a nuestros principios y filosofías podremos tener puntos de encuentro y diferencias que analizadas nos permitirán crecer e ir en la búsqueda del conocimiento y aceptar que la universalidad nos es propia y encontraremos allí un espacio de contemplación con el propósito de hacer de nuestros congéneres la contraparte de lo que somos, pensamos, aceptamos y soportamos.
La tolerancia está relacionada directamente con el concepto de la verdad, pero ¿Cuál es la verdad? Estimarla como diversa nos ofrece la oportunidad de encontrar que lo que hoy es un paradigma mañana podría ser otro, podemos aceptar que las verdades son complementarias que dependen de nuestra aproximación y no sólo del concepto, es posible aceptar ideas ajenas así ellas parezcan ir en contravía de nuestros conceptos, las diferencias entre los seres humanos es evidente, no existe diferencia espiritual entre todos somos uno y accedemos a la misma fuente vital que nos provee del conocimiento, la acción que tenemos ante esas diferencias podemos mitigarla con nuestra unidad espiritual, cuando aceptamos con Amor y pasión que en la diferencia se encuentra el complemento de nuestros pensamientos, que la base de la tolerancia comienza cuando practicamos de manera continuada y permanente el respeto por el otro y la resultante final nos acerca cada vez más a mantener nuestra felicidad y proveernos de paz interior.
Si por un momento imaginamos que cada uno de nosotros es un componente del universo como lo es una célula de nuestro cuerpo, seremos similares a las demás células con funciones diferentes de acuerdo al órgano que formamos parte, somos millones iguales y diferentes a la vez, abordar desde una óptica diferente lo que posiblemente somos nos presenta el reto de que tolerándonos, construiremos nuestros sueños.
Gabriel Orozco Gutiérrez, Santo Domingo 4 de junio de 2011